domingo, 21 de septiembre de 2014

22 de Septiembre

Bonjour equipo!

¿Comenzamos ya con el otoño? Ojalá y lo sepamos hacer con la misma alegría con la que mis pequeñajos de Marruecos dibujaban qué era el otoño para ellos, porque haciendo estos talleres lo pasamos en grande, viendo todo lo bueno que nos depara cada estación.



Hoy os quiero dejar una pequeña historia que leí hace mucho pero lleva tiempo rondando por mi cabeza, es algo breve pero intenso, una anécdota real que a mí al menos me da qué pensar, como muchas de las acciones de este hombre, al que llevo presente y que corona mi puerta con una de sus grandes frases para comenzar cada jornada: “Sé el cambio que deseas ver en el mundo” ¿Sabéis ya de quién os hablo?

La historia nos la cuenta C. Fadiman: En cierta ocasión, al tomar un tren en el interior de la India, Gandhi tropezó con el escalón y se le cayó la sandalia del pie derecho. En ese mismo instante, el tren se puso en marcha, y no pudo recuperarla. Delante de todos los presentes, se quitó la sandalia del pie izquierdo, y la tiró por la ventana. "¿Por qué ha hecho eso?", le preguntó un oficial inglés."Una sandalia sola no sirve para nada, ni a mí ni a quien se encuentre la que se me ha caído. Ahora, por lo menos esa persona se podrá quedar con el par".


Por otro lado, hoy os dedico una canción versionada por una gente que me gusta mucho porque le echan ganas a lo que hacen y logran hacer canciones muy conocidas pero con un estilo propio que logra darles un buen giro de tuerca.
Habla sobre comienzos, vidas sin escribir y os anima con un estribillo que dice algo así como:  “Permite al sol iluminar las palabras que no puedes encontrar, siente la lluvia en tu piel, nadie más puede sentirla por ti, nadie puede utilizar las palabras de tus labios, empápate de palabras sin pronunciar, vive la vida con los brazos abiertos, hoy es el día en que comienza tu libro, lo demás está todavía sin escribir.”

Así que toca dedicarse a escribir algo que merezca la pena! Pongamos nuestro empeño en sacarle jugo a todo lo que encontremos alrededor y empapémonos de pequeños grandes gestos que podemos ver en el día a día, que seguro que encontramos a más de uno dispuesto a lanzar sandalias por doquier.




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