domingo, 26 de abril de 2015

27 de abril

Egun on!! :)

¿Qué tal os va equipo? Vamos, mucho ánimo que ya termina este mes de abril, aún con lo que eso conlleva, que es el inicio de exámenes para muchos. Yo al menos comienzo mañana mis globales, y como la cosa está para pocas bromas he decidido retirarme por una temporada de este agradable oficio de bloguera. Pero prometo que nada más termine exámenes volveré a la lectura, la música, los viajes a descubrir mundo y mucho más para traeros miles de cosas en septiembre!
Pero por ahora, como lo que toca es el estudio, hoy os ofrezco unos cuantos motivos preciseamente para estudiar, que escribí a alguien hace ya más de un año, y como sirvieron de tan sumamente poco, voy a ver si sirven siquiera para que alguno de vosotros comience su estudio de hoy algo más animado.

“…Estudia, porque cuando lo hagas, es muy posible que aprendas que el esfuerzo tiende a traer recompensas. Hasta ahora, no te has esforzado, y a pesar de ello lo recibiste todo. Pero eso no te hará apreciar el jugo de la vida, descúbrelo, sabe mucho mejor una victoria cuando no has dudado en sudar la camiseta para lograrla, ganártela a pulso. Esto hará que brote de ti un nuevo sentimiento: la ambición. Pero no lo asocies con la connotación negativa que se le suele dar actualmente, yo te hablo de ambicionar cosas buenas, metas altas que aunque no logres, siempre te ayudarán a no dejar de subir.

Estudia, porque será importante para aprender a valorar las cosas importantes de la vida. No obstante, espero que si te decides a estudiar la vida más lejos de los meros apuntes de instituto, nazcan en ti preguntas sobre qué es lo verdaderamente importante en la vida, que precisamente, y disculpa por la contradicción, no será estudiar, por mucho que así te lo vendan.
Estudia, porque los caminos que ahora te parecen los fáciles, según vengo comprobando a lo largo de los años, no lo serán luego. Parece sencillo pasar las horas sin dedicarlas a nada, pero ese tiempo vacío, a nadie podemos exigirle que nos lo devuelva más tarde. Además, y por masoquista que suene, ¿A quién interesan los caminos fáciles? ¿Queda en el recuerdo de alguien la gente que únicamente se resignó a tomar lo sencillo sin tratar otras opciones? ¿Son felices quienes no se atreven a ir más allá de las barreras impuestas?


Estudia, porque me entristecería mucho que por no saber, no supieras o ni siquiera lograras atisbar qué deseas de la vida. Estudia tu alrededor, estudia qué clases de personas te gustan, porque nos basamos en gran medida en imitación de los modelos que seguimos. Y para alcanzar tener como meta uno que valga la pena, hay que buscar en un océano amplio, atreverse a conocer nuevas realidades, que quienes no agrandan sus horizontes en la búsqueda constante que es la vida, ignoran, ya que prefieren no ver.
Estudia, porque es un buen hábito que puede resultarte útil en aspectos insospechados de la vida. Tú hazme caso, sé que no te apasiona estudiar matemáticas, pero si has sido perseverante estudiando tediosas materias, habrás logrado un bello hábito. ¿En qué te puede ayudar? Si estás acostumbrado a recordar cosas, a saber clasificarlas por su valor, a guardar lo importante en el corazón más que en la cabeza, sabrás rodearte de gente que te lleva a ser feliz.


También, porque un buen día, ¿por qué no? encontrarás el amor, y te gustará haber estudiado a esa persona y saber cómo agradarla, haber profundizado en su alma y tener recursos para tratar de enamorarla. Será genial si logras saber mucho sobre palabras, porque te sorprenderá si tienes un extenso vocabulario, ver cómo todo él desaparece de tu mente, al verte abrumado por el amor y sentirte torpe y tartamudo al no saber qué palabras utilizar.


Estudia, lee, porque si un buen día el desamor llama a tus puertas, o cualquier otro tipo de tristeza te acecha y las paredes se te echan encima, sabrás en qué novela o poema buscar consuelo si por lo que sea no queda otra alma cerca donde cobijarte. Sabrás dónde buscar esa chispa de energía que te hará falta para encarar los duros momentos, ya sea porque has descubierto qué música pone a bailar tu corazón, o porque supiste hacer bailar otros corazones que no dudarán en acudir en tu auxilio cuando todo parezca ir mal.
Estudia, pero no te frustres cuando los libros y la observación no te ofrezcan respuesta alguna ante las dudas que se te plantean, y que nublan tu mente impidiéndote ver más allá. Aprovecha entonces para encontrar rayos de luz en la gente que te enseña, es decir, entre todos los que te rodean, porque te aseguro que si los estudias atentamente tendrán siempre mucho qué aportar.


Estudia, porque todavía estamos muy verdes los dos respecto al bello arte de conocer los sentimientos, y esto sin duda te ayudará, porque una de las grandes bellezas que la vida me ha mostrado, es la de los instantes de conexión con otras personas, y me temo que no se trata de una ciencia exacta con la que hincar codos sirva de mucho, en ésta, tendrás además que implicarte, mancharte de barro, rasgarte, romperte a pedazos y reconstruirte más tarde hasta lograr desentrañar lo verdadero. Sin embargo, no dudes en hacerlo, pido mucho, lo sé, porque sé que asusta, pero te lo pido precisamente por saberme acertada, ya que este difícil sendero lo mismo te hace derramar amargas lágrimas, que te aporta lo mejor que nunca hayas podido imaginar.
Estudia, ¿ya te lo he repetido suficiente no? Discúlpame, pero es que un día, precisamente en clase, me enseñaron que repitiendo varias veces las ideas se estimula la memoria. Tendré miles de párrafos más llenos de excusas para que lo hagas si es necesario, porque no me faltan las ganas de hacer que descubras otra realidad, una que apunta y apuntará siempre más alto…”


Y para darle algo de energía al día, una canción que adoro y que ya sabe a verano, que nos hace buena falta algo de eso ¿no? Pues os dedico con mucho cariño "El escritor" de mis queridos Marvin que tantas buenas noches de concierto me han regalado, y ya sólo queda daros las gracias por vuestra fidelidad durante este curso, por lo mucho que disfruto escribiendo cada domingo y felicitando los lunes al personal, por todos los que me mandáis todo tipo de cosas para que las comparta...Merecéis mucho más que lunes felices! más bien semanas, meses, vidas felices :) Besos enormes a todos!! <3



P.D: A quien se anime a seguir compartiendo cosas en verano, confío en que estaré bastante desconectada, pero aceptaré encantada cualquier sugerencia vía gmail (lauramugicarubio@gmail.com)! 



domingo, 19 de abril de 2015

20 de abril

Buongiorno equipo!

Ya estamos a 20 de abril y esto empieza a dar vértigo! Hoy creo que no voy a desear un feliz lunes, sino simplemente mucho ánimo con la semana, porque viendo el desolador panorama que empeora cada día en el Mediterráneo, me da que nadie puede estar realmente feliz, al menos si sigue el noticiario internacional...
Así que hoy me decantaré por homenajear mínimamente a una de esas personas a quien admiré por ser voz, por su inconformismo y por su sutil forma de dejarnos grandes reflexiones, así que os dejo un pequeño cuento que se me ocurrió pensando en el bueno de Galeano, que nos dejó la semana pasada.

Conocí hace ya mucho tiempo a un diminuto pajarillo. Algunos lo llamaban ruiseñor, no porque tuviera majestuosos ademanes, sino por su bello canto, que ensalzaba a todo aquel que lo escuchaba. Otros se referían a él como el cuervo, y no porque merodease por escenarios lúgubres, sino porque quienes lo hicieron cautivo le ofrecieron libros de poemas para que rasgara el papel e hiciese su nido con ellos, pero él, en cambio, optó por leerlos y terminar recitando a Allan Poe.



Yo, sin embargo, pronto tuve la certeza de que lo que tenían en aquella pajarería era un ave fénix. Pronto comenzó a crecer y crecer, y se convirtió en objeto de burlas y comentarios de quienes se acercaban allí, porque su desgarbada figura de alas cada vez mayores no cabía apenas en la jaula.
Comenzó a hacer excentricidades, y cuando en la pajarería lo sacaban para limpiar su celda, dejándolo apresado con un cordel alrededor de una pata, se empeñaba en mudarse a otras jaulas cada vez más pequeñas, de las que se hacía imposible sacarlo y que acentuaban su aspecto de ridículo montón de plumas aplastado contra los barrotes. La gente a estas alturas lo tachó de loro idiota, pero yo, que lo había observado durante mucho tiempo, sabía que tramaba algo.


Llegó el día en que el oprimido pajarillo ya no tenía ni un resquicio de espacio en su jaula, con lo que sus alas sobresalieron por completo por las estrechas rejas y logró que su elocuente pico brotara hacia el exterior, permitiendo escuchar a todos los que rondábamos por allí el canto que anunciaría su hazaña.
Resultó que el pájaro, con jaula y todo, echó a volar. Se había ido metiendo en jaulas cada vez más pequeñas causando que muchos se rieran dudando de su cordura, hasta que comprendieron que sólo buscaba una jaula menos pesada con la que pudiera alzar el vuelo.
Y mientras en la pajarería se montó un inesperado alboroto ante el escapista, el ave miraba feliz al cielo mientras avanzaba hacia el horizonte que se abría ante él.


 No obstante, al ver las caras de todos los humanos que observaban desde el suelo la inhóspita escena, le pareció que todas aquellas figuras eran en el fondo muy parecidas a él, y sintió mucha lástima al ver que sus jaulas eran todavía demasiado pesadas como para echarse a volar y seguirlo. Ellos andaban por allí sin mejor quehacer que criticar a un pajarillo, andaban siempre como locos, muriendo la vida.

 Por ello, se detuvo un momento y con su pico rebuscó dentro del apretado espacio que ahora acarreaba como parte de su ser, hasta que encontró lo que quería. Cogió con el pico los jirones de poemas que aún constituían su pequeño lecho, echó a volar bien alto y desde allí decidió esparcir por el mundo aquello que a él lo hizo crecer, le dio alas, y lo hizo resurgir. Y así sembró por el mundo palabras de libertad, esperando que de las cenizas de aquel ave fénix  pudieran surgir entonces y para siempre, muchos fueguitos.


Y como dice la canción de esta inconfundible voz, "piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal, algo que nunca puede detener tus ansias de volar".A por el lunes ;)



domingo, 12 de abril de 2015

13 de Abril

Egun on equipo!

¿Qué tal se os está dando abril? Espero que los que hoy termináis como yo eso que con mayor o menor acierto han llamado "vacaciones", lo hagáis con las pilas bien cargadas! Pero como empezar la semana con los codos pegados a la mesa sé que no suena muy prometedor, hoy os dedico con especial cariño a los estudiantes, unas palabras de una física, que seguro que igual que nosotros tuvo que pasarse muchos días soleados encerrada entre libros, y aún y todo, apuesto a que sabe ver lo positivo de estos sacrificios y estudiar siempre con gusto por lo que hace:

“Enamorada de la Ciencia y de la vida,
enamorada del planeta y aledaños,
perpleja ante el azar y el orden,
en permanente estado de asombro



y en continua búsqueda del cómo y del
por qué…
Y-dando un salto infinito-del para qué…
Avanzando entonces por caminos diversos,
siguiendo intuiciones y afrontando riesgos,
alternando emoción y tedio,
sorteando obstáculos,
superando inercias y miedos,
quemando naves,
compartiendo esfuerzos.














Enamorada de la duda y la pregunta
de la medida y del método,
del estudio y del cansancio,
del tesón,
del descubrimiento.



Enamorada de lo simple y lo complejo,
de las simetrías rotas,
de lo emergente y lo viejo,
de lo constante y lo incierto…
Enamorada del mundo tal como es,
queriéndolo, eso sí, más bello,
descubriendo todos sus brillos,
reconociendo y respetando sus tiempos
y dialogando con ellos.














Enamorada de la Ciencia,
y de la vida,
y del mundo,

y del humano misterio”

María Teresa Pelacho López

Y como no, una canción acorde al tema, una versión del tema "Scientist" de Coldplay, pero esta vez acompañado de una buena violinista. Cantemos su "Nadie dijo que fuese fácil", pero quiero que esta semana le cambiéis a la canción la segunda parte que dice "nadie dijo que fuese a ser tan difícil" por un "pero sí que valdría la pena" y que convencidos, vayamos a por ello! Feliz semana :) 



domingo, 5 de abril de 2015

6 de Abril

Feliz Pascua familia!

¿Cómo ha ido la Semana Santa? Espero que la mayoría seáis afortunados y podáis disfrutar todavía de unos días de vacaciones más, pero si tocan días de estudio intensivo probemos a cogerlos con ganas y energía renovada después de estos días. Vamos a por este nuevo lunes!

La vi pasar...

Aquel tedioso abril, volvió a mi vida. Había olvidado prácticamente todo cuanto sabía de ella, por eso fue mayor el vuelco que dio mi corazón al encontrarla en una pequeña noticia de aquel marchito periódico. Aparecía sencilla, sin ostentosos titulares ni vistosas fotos que llamasen mi incauta atención, pero, apenas comencé a leer entre líneas sobre sus andanzas en medio de la guerra, la oficina se llenó de jefes acuciantes y miles de informes por redactar que impidieron mi lectura.



Olvidé volver a ello cuando tuviera tiempo, porque despaché malhumorado al poco tiempo que tenía en cuanto vi que éste no traía nada más que nuevos trabajos y minutos apremiantes en mi contra.
Apesadumbrado ante la imposibilidad del cumplimiento de tanto deber, decidí plantearme una rendición al sueño tras regalarme un rato de música y paseo, porque la calle quedaba iluminada todavía por algunos rayos de luz.

Los niños jugaban en el parque, todos menos uno, que parecía haber perdido sus cromos y miraba con caras largas el juego de los demás. Justo cuando sus ojos brillaban preludiando alguna lágrima, se acercó otro niño y para mi sorpresa le ofreció la mitad de su preciada colección. Tan ensimismado estaba contemplando la escena, que estuve a punto de chocar con ella, la de las inadvertidas noticias, que se alejó con un ritmo tan apresurado, que apenas pude disculparme. Pero estoy seguro, era ella.


Ya sólo unos metros me separaban de mi anhelada cama, cuando encontré a una joven con un bloc, dibujando a carboncillo en mi escalera. Creo que ver a tanto niño hizo regresar a mi aletargada curiosidad, porque su mirada me sorprendió tratando de averiguar qué estaba dibujando.
Trató de ponerse seria y decirme que sólo mostraba sus obras una vez terminadas, pero ante mi bochornoso rubor, cazado en tal indiscreción, no pudo más que reír.
Definitivamente mis planes de descanso se fueron al garete, porque las frases con ella, tras superar mi sonrojo, fluían, volviéndonos casi locuaces y la noche nos encontró hablando en mi rellano.



Recuerdo que en un momento dado me sobresaltó el creer haber visto otra vez a aquella con la que tropecé en el parque, bajo un destello de luz de farola, pero, por la hora que era, lo atribuí a mi imaginación y pronto me despedí de la chica esperando encontrarla más días por allí.
Semanas más tarde estaba nuevamente suspirando en el aburrido despacho cuando un estridente teléfono rompió el silencio amotinado en la estancia. Me costó un poco reconocer a la jovial pintora al otro lado de la línea, y tan pronto como lo hice, aumentó mi frecuencia cardíaca.



Miraba a través de mi ventana a la primavera instaurándose en todo su esplendor mientras charlábamos, cuando de pronto, algo en la calle me distrajo por completo. Era otra vez ella, aquella a la que no dejaba de imaginar que me cruzaba por las esquinas, la que hacía fugaces apariciones en mi vida sin apenas mostrar su rostro. Pero ahora era plenamente visible y me saludaba alegre, al parecer, reconociendo de nuevo en mí al niño feliz que hace tiempo la abrazaba. "¿Qué te parece?" La dulce voz del otro lado del teléfono me devolvió a mi ser, tan abstraído que no había escuchado qué decía. "Perdona, se ha cortado, ¿qué me preguntabas?". Ella repitió su propuesta de vernos, porque quería enseñarme su cuadro recién terminado, y mirando con desprecio al montón de folios que se apoderaban de mi mesa, me negué a que me retuvieran por más tiempo y le pregunté a qué hora le iba mejor.



La tarde me despeinaba con una suave brisa mientras paseábamos hasta su estudio, que no tardó en aparecer por la velocidad a la que los segundos se fugaban en su compañía. Cuando finalmente llegó el momento en el que me mostró su obra, me quedé perplejo. Pareció divertida ante mi asombro, porque había dibujado con bastante acierto a aquella a quién yo saludaba esa mañana por la ventana mientras hablaba con ella por teléfono.
"¿Tú también la conoces?" Le pregunté sin que mis ojos dieran crédito ante su cuadro. "Por supuesto. La vi reflejada en tu escalera el día en que nos conocimos, y me ha perseguido desde entonces. No lo sé, pero algo me dice que tú también puedes verla allá por dónde vas". Fue entonces cuando lo comprendí, y me decidí a abrazarla, por cerciorar que ella no fuese tan intangible como la bella ilusión retratada en su cuadro. Así, una vez comprobado que podía estrecharla en mis brazos, señalando a aquella figura del lienzo que presidía la sala, le pregunté: "¿Recuerdas cómo se llama?" Y mostrándome de nuevo el cuadro, pero esta vez en el marco de sus ojos, respondió: "Ya la conoces, se llama Esperanza".



Porque como dice el amigo Nach en la canción que inspiró esto:

"A veces la ciudad se ensucia y no vemos con claridad,
pero si miramos fijamente ahí está.
Es difícil, porque el caos deslumbra y la pupila se hace rígida,
y más que en conectar perdemos tiempo en vigilar, la vida es líquida.
Escapa de nuestras manos,
entre muecas fingidas y esfuerzos que son en vano.
Pero he visto a la esperanza descansar en frases calmadas y justas,
en sonrisas etruscas,
en ojos despeñados pero que aún buscan y no se asustan.
En pasos pacientes, en chistes, en charlas,
en gestos que no palpan la felicidad pero, saben imaginarla."