domingo, 20 de marzo de 2016

21 de marzo

¡Muy feliz lunes!



Hoy confío en que el lunes se haga más más llevadero al personal (al menos a todos aquellos que no os enfrentáis mañana a algún parcial de enfermedades infecciosas...) ya que tenemos aquí la Semana Santa y además ¡hoy se celebra el Día de la Poesía! Así que hoy es un día propicio para comenzar con unos versos, en este caso de Alfredo Cuervo Barrero:

¿Qué es lo verdaderamente importante?
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.


Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes.


¡No me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.
Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.


Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.


Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos...


Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.


Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita. 


Os deseo unos felices días de descanso, y os dejo con una versión de una canción de Aute que tuve el inmenso placer de escuchar de la voz de la gran Rozalén este viernes ;)




domingo, 13 de marzo de 2016

14 de marzo

Buon giorno!

¿Qué tal lleváis el mes? Vamoooos que ya alcanzamos la Semana Santa, y espero que cojáis la semana con ganas planeando cómo vais a pasar los próximos días de fiesta, en los que seguro que podremos tomarnos un pequeño respiro. Esta vez para empezar el lunes os dejo un texto de un compañero bloguero de "El Cajón de Gatsby", ya que tras leerlo me convencí para leer uno de los libros que cita como imprescindibles (porque el otro imprescindible ya habita en mi mesilla desde hace mucho):

"Anoche, en medio de una interesante, alguien me dijo algo que nos han dicho a todos: “lo entenderás cuando tengas mi edad”.

En ese momento no le di más importancia, pero al llegar a casa me acordé de uno de los libros que creo que todo el mundo debería tener el placer de haber leído aunque sea una vez en la vida: ‘Martes con mi viejo profesor’, de Mitch Albom. En concreto, me acordé de una conversación:

-Pero si es tan valioso envejecer, ¿por qué dice siempre la gente “Ay, si yo volviera a ser joven”? Nunca se oye a nadie decir: “Ojalá tuviera sesenta y cinco años”.
-¿Sabes lo que se trasluce en eso? Vidas insatisfechas. Vidas no realizadas. Vidas que no han encontrado sentido. Porque si has encontrado un sentido en tu vida, no quieres volverte atrás.


Y me quedé pensando acerca de todo esto de hacerse mayor y de entender más cosas cuanto más viejo eres. Y si bien es indiscutible que los años dan una experiencia que no se puede encontrar en otra parte, acabé cayendo en la cuenta de que también son las escaleras por las que sin darnos cuenta nos vamos alejando de cosas cuya importancia también es obvia. Sólo que se nos olvida.

Puede que los años acaben dándome una colleja mientras veo a mis nietos jugando al fútbol en el jardín. Pero también puede que no me equivoque si digo que hacerse mayor es igual de importante que hacerse pequeño y que al final hacerse mayor sólo significa saber cuándo puedes ser un niño y cuándo no.


No es que sufra de síndrome de Peter Pan o tenga algún tipo de fobia a admitir que los días pasan para todos. Nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que la gran mayoría de personas a las que admiro han sobrepasado ya la cincuentena. Y a mucha honra.
No entiendo las prisas por perder cualquier rastro de inocencia. No comprendo cómo es tan fácil olvidarse de lo valioso que es dudar, preguntar y entender las cosas por lo que son, no por los mil significados ocultos que nos hemos empeñado en que tengan.
Y aquí es donde tomo mi primera decisión. Me he propuesto tener el libro de El Principito a mano, para leerlo de vez en cuando y no olvidarme de lo realmente importante, de lo que es invisible a los ojos. Supongo que casi todos lo hemos leído alguna vez cuando éramos pequeños. El problema es que deberíamos leerlo cuando nos hacemos mayores. Deberían pedirlo como un punto imprescindible del Curriculum Vitae:
– “Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.”
– “A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle.”



-“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”, lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!”
-“¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?
-Me sirve para ser rico.
-¿Y de qué te sirve ser rico?
-Me sirve para comprar más estrellas.”
-“Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos”


Y podría seguir, pero me voy a parar aquí. Qué difícil se nos hace encontrar cosas únicas en el mundo cuando crecemos, qué rápido nos olvidamos de que los amigos también se riegan, qué poca gente es capaz de saber cuándo hay que parar. Con qué facilidad nos dejamos flotar hacia la superficie y qué pocas veces nadamos hacia el fondo de las cosas. No tenemos tiempo para pararnos a coger aire.
Yo también tuve la suerte de tener un viejo profesor, y lo que le hacía extraordinario es que no había dejado de ser un niño en ninguno de sus casi ochenta años, que se dice pronto. Lo que le hacía especial para mí es que fue la única persona capaz de hacerme la pregunta correcta en el momento exacto: “¿Qué hubiese hecho tu ‘yo’ de hace diez años?”
Me hizo ver que yo, sin tener casi la tercera parte de su edad, ya me había empezado a olvidar de lo importante que es no olvidarse de ser pequeño, porque sólo quería ser mayor.
Así que diré que sí, que probablemente dentro de treinta años comprenda cosas que ahora no soy capaz siquiera de imaginarme. Pero también diré que no me servirá de nada tener una larga agenda de contactos si a las tres de la mañana no tengo a nadie a quien llamar.
Que sí, que todos tienen hijos, pero no todo el mundo es capaz de aprender algo nuevo de ellos. Que vale, que todos creemos encontrar al amor de nuestra vida en algún momento, pero yo quiero echarme un baile con esa persona en bata y pantuflas en el salón de mi casa cuando sepa que igual no llego al verano que viene.  Que no quiero suspirar por volver a tener veinte años, porque no quiero que se me olvide lo que se siente cuando los tienes.
Que sí, que todos nos hacemos mayores, pero que también hay que hacerse pequeño."


Así que, tal vez nos convenga comenzar la semana con una mirada joven, yo por mi parte os dejo una versión peculiar de una canción que siempre consigue transportarme a los buenos viejos tiempos, que afortunadamente tienden a repetirse cada verano bajo el cielo estrellado de Soria, donde acompañados de una guitarra hemos cantado mil veces esta canción que espero os ayude a empezar poquito a poco el lunes. ¡Feliz semana!

P.D: El libro de Mitch Albom sin duda es una buena lectura para alguna tarde de vacaciones ;) 



domingo, 6 de marzo de 2016

7 de marzo


Muy buenos días :)
¿Qué tal marcha vuestra entrada en marzo? ¡Vamos a por ello que poco a poco salimos del invierno! Esta semana sólo espero que sea para vosotros mucho pero que muuucho más relajada que la mía, que temo puede resultar un "acto heroico" salir de ella ilesa tras batallar con demasiados exámenes, plazos de entrega apremiantes y demás. Con lo cual hoy os propongo algo breve, este poema del amigo Marwan titulado "Héroes", para que cada cual luche por sus objetivos esta semana sabiendo que la felicidad aguarda detrás de todos nuestros esfuerzos para aparecer en sus siempre improvisadas escenas: 

"A menudo la vida me parece
Una película que ha desembocado
En ver pasar los días sin que nada pase.


Y entonces me pregunto 
Cómo hemos llegado hasta aquí, 
Hasta el amor que nunca llega,
Hasta el dolor como costumbre.


Vivir era otra cosa,
Esto no nos lo contaron.
Tal vez un año de tregua,
Un telediario amable
O la espera de un milagro
Que al fin toca tu puerta.


No esperábamos servido en nuestra mesa el pan de la carencia,
La tarde que oscurece sin respuestas.

Pero somos héroes y lo seguimos intentando

Con las rodillas enfermas y los tobillos tristes,
También cuando se despliega el invierno.
Y aunque sea breve y no existan los milagros,
Un día sucede algo, alguna llamada


O el simple hecho de haber hecho las cosas bien
Y sentirse en paz con uno mismo,
Y comprendes
Que aunque la felicidad
No suele ser duradera, 
Sea como sea
Cualquier día
Vuelve a pasarse por tu casa."



Hoy como canción acorde al tema os recomiendo "Hero" de Family of the year, que fue banda sonora de la película Boyhood, para empezar poquito a poco esta mañana de lunes, mucho ánimo y
¡Feliz semana!