domingo, 25 de enero de 2015

26 de Enero

Buenos días soñadores!

¿Qué tal se está portando enero? Ya no queda nada, así que espero que una semana más salgáis a comeros el mundo y tengáis tanta ilusión porque comience el próximo mes como yo, con ganas de poner a prueba las habilidades adquiridas durante un largo tiempo y ver qué tal se nos da el terreno que hemos decidido pisar en un futuro ya no taaan lejano.
Esta vez, como visto está que se me ha concedido un mes de relativa calma me puedo permitir compartir algo de cosecha propia, para que no olvidéis un elemento siempre importante al inicio de la semana:

Estoy perdido, demasiados papeles amontonados en el despacho desdibujan la certeza de todo lo que soy. Ya no sé ni qué es lo que buscan mis cavilaciones cuando unos suaves toques en la puerta me devuelven a mi ser. Una llamada cuyo eco en la desamparada estancia suena burlón y alegre, como de quien intuye que su entrada en escena desbaratará los planes que el visitado tuviera de antemano y no le dejará más opción que reunirse en su locura.

Y de pronto ahí está ella, entrando en la pieza sin consultar, danzando a cada movimiento que realiza, ligera como una pluma, aprovechando el escaso espacio que quedó sin poblar por confusas ideas, pequeñas utopías plasmadas en folios que siempre soñaron ser pájaros de papel.

Juego con mi cara al póquer para que no deje entrever mi asombro por su visita, pero ya está invitándome a unirme a su fiesta continua poniendo caras tontas, sacando a relucir una polvorienta delicia que no tardará en proponer a mi viejo tocadiscos, encantado de poder unirse con una melodía a su baile.




Debo intentar resistirme, obligar a mis cejas a juntarse un poco más, cruzar mis brazos simulando un gesto severo, volver mi sillón de alto respaldo del revés, hacerme el duro mirando por un horizonte que no llega a percibirse nunca por las ranuras de mi ajada persiana.

Pero ella se sabe ganadora una vez más. A pesar de mi intento de negativa, mis comisuras no pueden aguantar más mi pésima actuación y esbozan un trazo de sonrisa hacia la ventana, que seguro que ella habrá visto por el reflejo, porque me consta que a ella no se le escapa una.
Al final, como siempre, lanzo un suspiro al cielo, entorno los ojos mientras giro la butaca hacia su encuentro, ofrezco mi mano para que alcance la suya y le pregunto cuál es el plan. Al fin y al cabo, ¿quién podría resistirse a los encantos de la hermosa Ilusión?





En fin. bendita ilusión, de esa que le deseo hoy en especial y para que la acompañe siempre a cierta tocaya mía que estrena nueva edad. Con esto y un poco de rock n roll de Ariel Rot y Fito que se dedican también al "baile de ilusiones" os deseo una vez más una gran semana y genial lunes! Besazos :) 



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