domingo, 17 de enero de 2016

18 de Enero


Muy feliz lunes familia!

¿Qué tal llevamos este inicio tardío del invierno? Ya sé que cuesta esto de retomar la rutina tras las navidades, por eso hoy os invito a no dejar de lado lo bueno que ellas nos traen durante el resto del año. Así que hoy os voy a contar un pequeño cuento de mis navidades pasadas, en agradecimiento a todos los que llevaron esta pequeña acción solidaria a cabo y como recordatorio indispensable de que estas acciones son importantes durante todo el año.

Cuento de mis navidades pasadas
A Bobby

Salgo de casa con determinación,
gruesos guantes y buena compañía,
semillas de justicia que afloran en el barrio.


Percibo el eco de un latido de esperanza,
hoy quién menos tiene más nos da,
en este caso una lección.
Reunimos nuestras buenas intenciones,
es la mañana de Nochebuena,
día compartido en familia,
derroche de vino que riega el banquete.
Pero en la calle no huele a chimenea.
La calle atenaza con húmedo frío
que poco tiene que ver con el clima.
En la sórdida intemperie de cada ciudad
la indiferencia resulta más culpable del tiritar.


Nadie mira a quien pide limosna,
les negamos siempre un segundo de atención.
Sin embargo, hoy nos negaremos a eso.
Hoy la ilusión es nuestro anhelo,
nos proponemos una ardua tarea,
pero la sincera bondad no sabe del fracaso,
todo irá bien.
Sabemos de nuestras limitaciones,
pero no frenan nuestro propósito.
Hoy queremos alegría en la calle,
nos ofrecemos a comprar deseos.
Hay temor ante lo que venga,
tal vez no podamos abarcar nuestra misión.
Pero nos acercamos a los sintecho,
les preguntamos qué regalo han pedido,
ya casi es Navidad, se lo queremos conseguir.


Sumergidos en universos de consumo,
creemos que nos pedirán regalos caros,
cosas que nuestro presupuesto no permitirá.
En medio de estas tribulaciones,
nos sorprende una respuesta:
"Yo como regalo quisiera unas flores".
Parece convencido, no ha titubeado.
Esto podemos conseguirlo, las tendrá.


Nos equivocábamos,
porque todo cuanto nos han pedido es fácil,
podremos regalarles lo que desean.
Vamos a por ello,
 comenzamos a dudar con uno de los regalos:
¿A qué se refería? ¿Un ramo? ¿Una maceta?
¿Para qué quiere un mendigo unas flores?
La respuesta se va dibujando en el camino.
Vemos al hombre que pide flores con un niño,
nos presenta a su hijo,
pequeño milagro,
insiste en compartir con nosotros
calidez en forma de risa y sus escasos caramelos.


Aparece una hermosa mujer,
se lleva al pequeño,
papá debe de seguir con su labor,
necesitan sustento para tres.
Nosotros seguimos con la nuestra,
nos decantamos por un ramo,
precioso, con intenso aroma a cariño.
Se lo entregamos al sencillo hombre,
junto con algo de comida y un osito.
Por sus ojos diría que lo logramos,
hoy repartimos algo de ilusión.
Quiere una foto con nosotros,
inmortaliza un logro especial.
Ahora él nos da su regalo,
y es una bella imagen,
la de su mujer,
con una inmensa sonrisa,
su marido le ha regalado un hermoso ramo...


Hoy un mendigo nos ha pedido flores.
Mienten las bufandas, las luces y el acebo,
hoy es primavera.


Así pues, os animo a que no dejéis pasar las oportunidades de llevar a cabo vuestros pequeños o grandes proyectos, que por difíciles que parezcan sólo es necesario un montoncito de buena gente dispuesta a colaborar y se logran cosas grandes incluso de los gestos más pequeños! 
Como cantan les petits chanteurs de Sanit Marc en la joyita musical que os adjunto hoy:

"Sois fier de tes pas
ne baisse jamais les bras
et si tu y crois
le monde est à toi"

"Enorgullécete de tus pasos, nunca te rindas, y si lo crees, el mundo es tuyo"



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