Al fin nos llegan los ansiados días de descanso, ¡la muy entrañable semana de Navidad! Espero que para vosotros esta semana sea motivo de alegría, un momento en el año que nos devuelva especialmente la ilusión, esa esperanza de la que hacen gala días como el de hoy, días para contagiarnos de buenos sentimientos y de la felicidad infantil. No son días para despotricar sobre lo mucho que haya que preparar las comidas, cenas, regalos...Porque si son momentos de encuentro, es porque tenemos gente con quien encontrarnos ¿No? Pues ello ya debería de ser suficiente motivo para hacer nuestras tareas para esos encuentros con alegría, visto que no todo el mundo tendrá esa familia a quien visitar o esos banquetes que compartir.
Así pues, hoy os propongo uno de los clásicos indicados para la fecha, y es Dickens, como no, con "Cuento de Navidad" en el que os dejo las discusiones de Scrooge con su sobrino, para que evitemos a toda costa ser como él al inicio de la narración, y si hace falta, que nos visiten los espíritus del pasado, presente y futuro ya hoy para advertirnos que ese no es buen camino y acojamos la Navidad como el renovado protagonista al final del cuento.
"«¡Feliz Navidad, tío; que Dios lo
guarde!»,
exclamó una alegre voz. Era la voz del
sobrino
de Scrooge, que apareció ante él con tal
que venía.
«¡Bah! -dijo Scrooge-. ¡Tonterías!»
El sobrino de Scrooge estaba todo
acalorado
por la rápida caminata bajo la niebla y
la
helada; tenía un rostro agraciado y
sonrosado;
sus ojos chispeaban y su aliento volvió a
condensarse cuando dijo:
«¿Navidad una tontería, tío? Seguro que
no
lo dices en serio.»
«Sí que lo digo. ¡Feliz Navidad! ¿Qué
derecho
tienes a ser feliz? ¿Qué motivos tienes
para estar feliz? Eres pobre de sobra.»
«Vamos, vamos»-respondió el sobrino
cordialmente-.«¿Qué
derecho tienes a estar triste? ¿Qué
motivos tienes para sentirte desgraciado?
Eres rico de sobra."...
"«¡Tío!», imploró el sobrino. «¡Sobrino!»,
replicó el tío secamente, «celebra
la Navidad a tu modo, que yo la celebraré
al mío».
«Pero si tú no celebras nada...»
«Entonces déjame en paz», dijo Scrooge.
«¡Que te aprovechen! ¡Mucho te han
aprovechado!»
«Puede que haya muchas cosas buenas de
las que no he sacado provecho», replicó
el
sobrino, «entre ellas la Navidad. Pero
estoy
seguro de que al llegar la Navidad
-aparte de
la veneración debida a su sagrado nombre
y
a su origen, si es que eso se puede
apartar- siempre he pensado que son unas fechas
deliciosas,
caridad; el único momento que conozco en
el
largo calendario del año, en que hombres
y
mujeres parecen haberse puesto de acuerdo
para abrir libremente sus cerrados
corazones
y para considerar a la gente de abajo
como
compañeros de viaje hacia la tumba y no
como
seres de otra especie embarcados con
otro destino. Y por tanto, tío, aunque
nunca ha puesto en mis bolsillos un gramo de oro ni
de plata, creo que sí me ha aprovechado y
me seguirá aprovechando; por eso digo:¡bendita sea!»
Con esto y otro clasicazo navideño de mi amado Sinatra aprovecho yo también para desear que hoy sean afortunados sobre todo quienes más lo necesiten y tengáis todos una ¡muy feliz navidad!
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